El mapa de la vida

Charlies estaba caminando por las calles del pueblo por el que vivía tomado de la mano con su esposa. Mientras andaban saludaban a los amigos que veían a cada rato. Ambos eran cristianos en verdad fieles a Dios. De pronto, al observar como se ocultaba el sol de la tarde tras las montañas, Charlie sintió un poco de nostalgia y habló:

-¿Sabes querida?

-¿Si querido?

-Si Dios me hubiera revelado cuando era joven el mapa del camino de todo lo que tendría que recorrer en mi todavía inconcluso camino hacia la ciudad celestial, además de poder ver todo lo que iba a tener que sufrir y perder para poder llegar a este punto de mi vida con tantas bendiciones y felicidad, creo que me hubiera atemorizado, hubiera pensado que no valía la pena tanto sufrimiento, me habría vuelto para atrás, y en caso de que me hubiera atrevido a seguir caminando sabiendo lo que iba a padecer y perder, lo más probable es que ese conocimiento lo habría empleado mal, y al querer impedir ciertas cosas, hubiera tomado decisiones erróneas que sólo hubieran causado más dolor.

La esposa de Charlie guardó silencio, pues conocía bien el camino que su marido había recorrido en su andar con Jesucristo.

Por servirle con fidelidad a Jesucristo, Charlie había confrontado situaciones terribles, sufrido terribles depresiones, habían muerto cuatro personas cercanas y queridas por él, él incluso estuvo al borde de la muerte varias veces. Debió enfrentar el sentimiento de inutilidad que a veces lo invadía a pesar de ser en esos momentos uno de los principales instrumentos de Dios.

Por supuesto que había tenido momentos de gozo, en los conflictos había tenido victorias, recibido cargos honrosos, había conocido a su esposa y tras un largo conflicto interno entre saber si eran hormonas o la voluntad de Dios, se había casado con ella, tenían cinco hijos y pronto serían abuelos. Antes tenía muchos compañeros, pero ningún amigo, ahora tenía varios compañeros que catalogaba de amigos y que en verdad podía confiar en ellos, y ellos confiaban en él.

Pero para llegar a este punto sufrió mucho, tanto que si no hubiese sido porque se sostuvo de la mano de Dios, habría abanadonado los caminos de Dios. Pero ahora el agradecía no haberlos dejado.

-Creo que por eso Dios no nos revela nuestro camino- continúo diciendo Charlie- A veces uno quisiera conocer que pasaría el día de mañana. Uno quisiera poder tener ante sus ojos el mapa de la vida y ya conocer los caminos que recorreremos, los lugares que visitaremos, los valles de sombra de muerte que habremos de pasar, e incluso si habremos d casarnos y a que edad conoceremos a nuestra pareja. Pero si tuvieramos este conocimiento en nuestras manos, creo que en lugar de hacer lo correcto sólo cometeríamos más errores, pues queriendo evitar ciertas cosas, tomaríamos decisiones erróneas, o no nos atraeríamos a emprender caminos que de otra forma los hubiéramos tomado.

Por eso Dios no nos muestra el mapa de nuestra vida, porque quiere que caminemos por fe, que vivamos el día a día agarrados de su mano. Que confiemos en él y estemos en su presencia al momento de tomar decisiones.

-Tienes razón, por eso Jesús dijo: "Baste cada día su propio afán"

-Así es mi vida, baste cada día su propio afán.- y tras decir esto, Charlie y su esposa terminaron de contemplar la puesta de sol consientes que si bien no sabrían que sorpresas le deparaba el día de mañana, que luchas nuevas y sufrimientos vendrían, junto con nuevas alegrías y victorias, Jesús estaría siempre con ellos, en su nombre saldrían adelante.