lunes, 4 de febrero de 2008

Una verdad

Repasando la lista de juegos de video que había jugado en los últimos años, me encontré con uno de estrategia militar cuya argumento se basaba en batallas medievales fantásticas y que al lado del título tenía una especie de cita que decía "Nunca pelearemos solos".
Esto a efectos del juego era significativo ya que en la mecánica del mismo era necesario mantener agrupadas varias unidades para encarar de esta manera a enemigos más fuertes o numerosos. Pero pensé que a efectos de la vida cristiana ese lema no es siempre aplicable.
Es cierto que se recalca la necesidad de convivir con los hermanos, de trabajar todos unidos como un mismo cuerpo, que hemos de ser un equipo pues luchamos por la misma causa, que Jesús envió a sus discípulos y apóstoles de dos en dos etc, etc, y más etc.
Pero también es real que en algún momento de nuestro caminar en Jesucristo tendrémos que enfrentar la soledad. Momentos en los cuales no habrá nadie a tu lado para animarte cuando te deprimes, para levantrte si resbalas o para darte valor cuando las cosas dan miedo.
Es cierto que Elías tenía a Eliseo a su lado, que Jeremías contaba con Barac, Moisés tenía por ayuda a sus hermanos Aarón y María pero ¿Estaba Eliseo con Elías cuando este enfrentó a los profetas de Baal y de Asera? Es cierto que días después Dios le dice que había muchas personas que no habían doblado sus rodillas ante esos falsos dioses porque su lealtad estaba con Jehová, pero nnguno de ellos se apareció en ese lugar en ese momento crítico, ni le pasó una nota reconfortante a Elías o una carta de apoyo. ¿Fue Barac quién socorrió a Jeremías cuando este fue echado en la cisterna vacia? ¿No acaso Aarón y María murmuraron en contra de Moisés?
Se que para realizar su obra, Dios tiene misericordia de nosotros y nos otorga compañeros de milicia que batallen a nuestro lado, pero también es cierto que él dejará que caminemos solos por un tiempo, permitiendo incluso que los hermanos se pongan en nuestra contra y te discriminen de sus circulos de convivencia marginándote a propósito.
La verdad esto es un trago muy amargo, y creo que casi no se predica porque aparentemente contradice la esencia de la comundad cristiana, pero si estudiamos la Biblia veremos a vario héroes de la fé que de pronto estubieron en soledad cuando afrontaban pruebas o misiones. ¿Quién corrió a darle ánimos a Daniel cuanto este iba a ser hechado en el foso de los leones? ¿Cuantos eran los compañeros de Felipe cuando este le compartió el evangelio al etiope eunuco? ¿Cuantos en verdad apoyaban a David cuando este enfrentó a Goliath? ¿Quién acompañó a Ananías cuando este fue a ver a Saulo de Tarso? ¿Quién consoló a Job? Aún en los salmos se nos habla de soledad y desamparo no sólo de Dios, sino también de amigos y familiares (Salmo 41 y 88).
Como dije antes este es un trago amargo pero neceseraio de pasar, porque en esos momentos cuando no hay una persona que te tienda la mano, cuando aquellos que eran tus compañeros te dan la espalda y te ignoran con todo descaro, o te saludan por obligación pero por tu espalda te clavan el puñal, si no aprendes a confiar en Dios terminarás muerto. Esta dura prueba sirve para que te acerques más a Dios, para que doble tu rodillas ante él, para que aprendas el significado de "maldito aquel confía en el hombre" y "bienaventurado aquel cuya confianza es Jehová".
De esta prueba pueden resultar una de dos cosas, o sales de ella odiando a todo el mundo, o aprendes a tomarte siempre de la mano de Dios dispuesto aun a enfrentár peligros en soledad pues sabes que el poder y la fortaleza provienen de él.
No cualquiera es capaz de soportar tal prueba, pero si enverdad amás a Dios la pasarás y aprenderás no sólo lo que escribí, sino muchas cosas más.
Los cristianos a veces pelearemos solos, porque no siempre habrá hermanos que por diversas circunstancias no nos darán ayuda, pero nunca estaremos abandonados, pues Dios siempre velará por nosotros.
¡Bendito sea su santo nombre y su sabia voluntad!