viernes, 26 de septiembre de 2008

Sobre la Magia

Existe la magia ritual, la magia alquìmica, la magia nigromàntica, el poder de la sangre, los rituales de la luna, la santerìa, demonoligìa, espiritismo, chamanismo, la secta de los druidas, las magias menores, mayores y ocultas a demàs de la adivinaciòn, el tarot, la magia de las runas y una larga lista de hechizos, pociones, invocaciones y ramas innumerables de las llamadas "ciencias ocultas" o ciencias "poco convencionales".

Pero ninguna de ellas se compara con el poder que Dios da.

Aquellos que lo reciben no tienen que hacer largos y complicados rituales, ni deben pasar años de estudio desenterrando libros ocultos mientras suben de grado, ni requieren una gran disciplina en cuerpo y alma y no hay necesidad de recitar largo y extraños conjuros para ser plenamente capaces de invocar este poder.

El poder que Dios da permite que el mar se divida en dos por toda una noche, baje fuego del cielo, se oscurezca el sol por tres dìas, se detenga el sol por màs de tres horas, se camine por el agua, una persona sòla pueda hacer frente a mil y ganar, sanar enfermedades, revivir muertos, permitir que una mujer de noventa años de a luz sin que muera en el parto, abrir puertas tanto fìsicas como burocràticas y espirituales que parecieran imposibles de abrir, además de anular, contrarrestar y dejar sin efecto todas las magias y ciencias ocultas mencionadas con anteriodidad, y aun las que no se mencionaron.

El ùnico requisito para que actué es la fe, y como invocaciòn una simple oraciòn.

Y es tan sencillo que un niño puede hacerlo.